Los científicos dan por concluida la moratoria sobre el virus H5N1
Los investigadores
consideran que no hay motivo para seguir con el frenazo a las investigaciones
de este peligroso agente
Un arma secreta de cinco
letras
Frenazo en los experimentos
con virus mutantes de la gripe aviar
El primer virus de la nueva
era
La élite de la investigación
sobre la gripe considera que no hay motivo para seguir con la moratoria,
acordada en enero del año pasado, sobre las investigaciones con uno de los
agentes más peligrosos de su sector, el virus aviar H5N1 modificado para una alta
transmisión en mamíferos. Los científicos sostienen que, pese a la reconocida
peligrosidad de esos virus semiartificiales, su obligación moral es profundizar
en su conocimiento para prevenir futuras pandemias causadas por la versión
natural del agente, que ya ha acumulado por sí mismo algunas de las mutaciones
de riesgo.
El virus H5N1 causó en la
década pasada el peor episodio de gripe aviar registrado en la historia, con
millones de pollos muertos por infección o sacrificados para evitar su
propagación. El agente presenta también una alta mortalidad en las raras
ocasiones en que salta a los seres humanos, pero apenas se transmite entre
personas. La actual crisis se inició hace algo más de un año, cuando los
laboratorios de Ron Fouchier, de la Escuela de Medicina Erasmus en Rotterdam, y
de Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin, Madison, descubrieron las
mutaciones cruciales que confieren al virus una alta transmisibilidad en
hurones, muy parecidos a los humanos en su respuesta a la gripe. Para demostrar
eso, tuvieron que construir los virus y probarlos en sus modelos animales.
El revuelo subsiguiente
incluyó la recomendación de censurar los artículos de los dos laboratorios,
emitida en diciembre de 2011 por el panel científico que asesora a la Casa
Blanca sobre bioseguridad (NSABB, o Nacional Science Advisory Board for
Biosecurity), y una moratoria autoimpuesta en enero de 2012 por los principales
científicos del área. Tras la mediación de la OMS (Organización Mundial de la
Salud), los trabajos acabaron publicándose en Nature y Science.
Y ahora los científicos dan
por concluida la moratoria que se autoimpusieron, aunque solo en los países que
han adoptado las regulaciones de seguridad adecuadas. Curiosamente, eso no
incluye a Estados Unidos, cuyos Institutos Nacionales de la Salud (NIH) habían
financiado, al menos en parte, los proyectos de Fouchier y Kawaoka. Los 40
nombres más influyentes del campo defienden su postura en una carta pública
enviada a Nature y Science, y han comparecido en una rueda de prensa por
teleconferencia.
Los trabajos, según indicó
Fouchier en esa comparecencia, podrán reanudarse siempre que no utilicen fondos
de los NIH norteamericanos. Esto es crucial para él, que trabaja en Rótterdam.
Su colega Kawaoka se mostró resignado a mantener parados los experimentos,
aunque confió en que los reguladores de su país resuelvan pronto el papeleo.
Fuente:El Pais


Comentarios
Publicar un comentario