La psitacosis (ornitosis, fiebre del loro, clamidiosis) es una enfermedad infecciosa zoonótica, llamada también epizootia, causada por la bacteria Chlamydiophila psitacci, parásito intracelular obligado. Es transmisible al hombre por aves. Las aves típicamente involucradas son loros, pericos y periquitos australianos, aunque otras aves también han causado la enfermedad.
Una epizootia (del griego "epi", por sobre, y "zoo", animal) es una enfermedad contagiosa que ataca a un número inusual de animales al mismo tiempo y lugar y se propaga con rapidez. Su término equivalente en medicina es epidemia
En la actualidad se reconocen cuatro especies pertenecientes a este género (C. pecorum, C. psitacci, C. trachomatis, C. pneumoniae).
La popularidad de los loros como mascotas ha generado una atención creciente sobre esta enfermedad. La existencia de esta enfermedad no debe causar alarma, pues con las precauciones adecuadas, la convivencia con un loro no representa ningún riesgo significativo. De todos modos, cualquier loro recién adquirido debería ser examinado por un veterinario especializado, y ser sometido a un test de psitacosis.
TRANSMISIÓN
La transmisión se produce principalmente cuando un animal sano inhala polvo procedente de excrementos o plumas de aves infectadas. También es posible el contagio por contacto directo con las secreciones oculares y respiratorias de un animal infectado. Las aves en situaciones de estrés eliminan mayor cantidad de gérmenes infectivos.
Por estas razones la enfermedad se detecta con mayor frecuencia en ejemplares recién importados, o en colectivos alojados en malas condiciones. Las aves aparentemente sanas también pueden ser portadoras de la enfermedad y transmitir la psitacosis.
SÍNTOMAS
No existen síntomas específicos de la psitacosis.Las aves pueden presentar signos de infección ocular o respiratoria, como conjuntivitis, sinusitis (hinchazones alrededor de los ojos), secreciones nasales y estornudos. También puede observarse diarrea amarillenta o verdosa, o simplemente abatimiento y adelgazamiento, e incluso muerte súbita en un animal aparentemente sano. Por supuesto, todos estos síntomas pueden deberse también a otras enfermedades.
No existen síntomas específicos de la psitacosis.Las aves pueden presentar signos de infección ocular o respiratoria, como conjuntivitis, sinusitis (hinchazones alrededor de los ojos), secreciones nasales y estornudos. También puede observarse diarrea amarillenta o verdosa, o simplemente abatimiento y adelgazamiento, e incluso muerte súbita en un animal aparentemente sano. Por supuesto, todos estos síntomas pueden deberse también a otras enfermedades.
La psitacosis disminuye las defensas del ave, por lo cual suele presentarse simultáneamente con otras enfermedades que tienden a enmascarar los síntomas de psitacosis. Muchas aves son portadoras de la psitacosis sin mostrar síntoma alguno durante mucho tiempo, y bajo condiciones de estrés pueden desarrollar súbitamente la enfermedad.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la psitacosis puede ser complejo. No existe ningún análisis capaz de detectar al 100% de los animales afectados. Existen diversos análisis específicos para el diagnóstico de la psitacosis. Estos análisis son básicamente de dos tipos:
El diagnóstico de la psitacosis puede ser complejo. No existe ningún análisis capaz de detectar al 100% de los animales afectados. Existen diversos análisis específicos para el diagnóstico de la psitacosis. Estos análisis son básicamente de dos tipos:
-Detección de antígeno: se basa en la detección del germen en los excrementos, o en escobillones tomados de la conjuntiva, coana (paladar) y cloaca del ave.
-Detección de anticuerpos: se basa en la detección en la sangre de las defensas (anticuerpos) que el ave puede haber elaborado contra la enfermedad.
El veterinario puede diagnosticar la enfermedad basándose en la información combinada que proporcionan la exploración clínica, los tests específicos y otros métodos diagnósticos como análisis de sangre y radiografías.
TRATAMIENTO
El tratamiento puede realizarse mediante administración oral o inyectable de fármacos, durante un periodo mínimo de 45 días. También es posible el tratamiento mediante pienso medicado como única fuente de alimento. El tratamiento a través del agua de bebida no es efectivo. El veterinario puede aconsejar también el tratamiento o chequeo de las aves que hayan estado en contacto con individuos enfermos. La enfermedad no produce inmunidad, por lo que un animal tratado y curado puede volver a infectarse. La efectividad del tratamiento depende del estado general del ave, de su edad, de la virulencia de la cepa infectante y de la presencia de otras infecciones secundarias. Aunque el tratamiento es efectivo en general, ocasionalmente algún individuo puede seguir siendo portador del germen tras el tratamiento. El veterinario puede aconsejar realizar nuevos análisis al término del tratamiento.
Las aves infectadas pueden transmitir la psitacosis a las personas. A pesar de la alta incidencia de psitacosis entre los loros y similares, los casos en personas son relativamente raros. La infección en personas sanas no suele ser grave, y los síntomas se pueden parecer a los de un resfriado. En cambio, la enfermedad puede ser grave e incluso fatal en individuos con las defensas bajas, como niños, ancianos, embarazadas, receptores de transplantes y enfermos, especialmente por enfermedades inmunosupresoras (SIDA y otras). En estos casos los síntomas pueden semejar los de una gripe persistente, con fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y neumonías atípicas.
Cualquier persona en contacto con aves que desarrolle síntomas de este tipo debería buscar consejo médico.
La distribución de la enfermadad es mundial, las aves son el principal reservorio de C. psittaci. A menudo se emplea el término psitacosis, aunque el término ornitosis describe con mayor exactitud la posibilidad de que todas las aves, no sólo las aves psitácidas, transmitan esta infección. Varias especies mamíferas, como ganado vacuno, cabras, ovejas y gatos, y especies aviarias se pueden infectar y presentar enfermedad sistémica y debilitante. En los Estados Unidos las aves psitácidas (como pericos, loros y guacamayos, sobre todo aves ingresadas de contrabando en el país), palomas y pavos son fuentes importantes de enfermedad humana. Las aves sanas y enfermas pueden albergar y transmitir el microorganismo, en general por vía aérea en polvo o secreciones fecales. La excreción de C. psittaci puede ser intermitente o continua durante semanas o meses. Los individuos que se encuentran en medios con aves infectadas, como obreros de mataderos de aves de corral, granjas de aves de corral y veterinarias, así como los dueños de mascotas, corren riesgo de infección. El personal de laboratorio que trabaja con C. psittaci también corre riesgo. La psitacosis tiene distribución mundial y tiende a haber casos esporádicos en cualquier estación. Las infecciones son raras en los niños. En las embarazadas se han comunicado enfermedad grave y aborto tras la exposición a ovejas infectadas. Por lo general el período de incubación es de 5 a 14 días, pero en ocasiones es más prolongado.
MEDIDAS PREVENTIVAS
Aves en cautiverio
Aves en cautiverio
- Mantener las jaulas limpias: con papel humedecido con desinfectante en el piso para evitar el desecamiento de la materia fecal de las aves (2 cucharadas de lavandina diluidas en un litro de agua).
- Respetar el espacio: vital de cada ave. No se las debe hacinar.
- Alimentar los pájaros: correctamente y ubicarlos en lugares aireados.
- No permanecer: largos periodos en habilitaciones cerradas donde haya aves.
- No introducir aves: recientemente capturadas o compradas sin certificado sanitario en jaulas donde ya hay otras aves.
ADQUISICIÓN DE AVES
- Comprar aves: en locales habilitados y con asesoramiento veterinario.
- Exigir certificado sanitario: firmado por el profesional responsable.
- Pedir comprobante de la compra: dado que en caso de presentarse Psitacosis es posible comprobar su procedencia y actuar en el comercio, ya que es probable que existan allí otras aves afectadas.
- No comprar: aves en la calle a vendedores ambulantes.
- No capturar aves silvestres.
A pesar de que no es aconsejable capturar pájaros silvestres, hay algunas recomendaciones para quienes suelen hacerlo:
- Debe realizarse en forma inmediata el tratamiento preventivo de Psitacosis durante 45 días con el antibiótico que aconseje el medio veterinario. Es importante recordar que el stréss que sufre el ave por su captura puede provocar la enfermedad en un animal que estaba en perfecto estado.
- No juntar el ave capturada con el resto de los pájaros que están en el hogar, hasta realizar el tratamiento preventivo.
- No liberar las aves enfermas o sospechosas.
- No se deben levantar aves del suelo que no puedan volar, ya sea heridas o con dificultades respiratorias, porque pueden estar enfermas de psitacosis y contagiar.
La difusión de los perjuicios que causa esta enfermedad y las acciones preventivas son fundamentales para evitar su aparición. Es necesario concienciar a la población de las pautas básicas que se deben tener en cuenta para preservar su salud. La función del docente es primordial para la adquisición de estos conceptos desde los primeros años de vida.
Salud Pública
la mayoría de los estados exige notificar los casos de psitacosis humana a las autoridades sanitarias. Todas las aves sospechosas de ser la fuente de infección humana deben ser examinadas por un veterinario para evaluación y tratamiento. Se debe aislar y tratar a las aves infectadas por C. psittaci con los antibióticos apropiados durante no menos de 45 días. Las aves con presunta infección que han muerto o han sido sacrificadas deben colocarse en un recipiente impermeable sellado y transportarse en hielo seco hasta un laboratorio veterinario para ser investigadas. Se deben desinfectar y ventilar por completo todas las zonas de jaulas y alojamiento potencialmente contaminadas antes de volver a utilizarlas porque pueden contener microorganismos infecciosos. Chlamydophila psittaci es sensible a la mayoría de los desinfectantes y detergentes de uso doméstico, como alcohol al 70%, Lysol al 1% y una dilución 1:100 de lejía. Los individuos que limpian las jaulas y otros lugares que alojan aves deben conocer la posibilidad de infección y no dispersar el contenido. Se debe observar a las personas expuestas a fuentes comunes de infección para detectar fiebre o síntomas respiratorios; se deben practicar pruebas diagnósticas e iniciar tratamientos precoces si aparecen síntomas.
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