Hace tres años una mujer de
Huesca se convirtió en el primer caso en España de malaria autóctona desde
hacía medio siglo. Una vez diagnosticado, su caso quedó registrado por los
servicios de vigilancia epidemiológica. Podría ser un hallazgo poco
significativo, como al final resultó ser, o indicar el cambio de tendencia de
una enfermedad infecciosa que en España quedó erradicada en 1964. La Red
Nacional de Vigilancia Epidemiológica, actúa como un detective de las
enfermedades infecciosas, a la caza de nuevos y exóticos patógenos como la
malaria y también viejos conocidos como la gripe.
Los servicios de vigilancia
actúan como un termómetro para conocer la evolución de las enfermedades
infecciosas, pero solo anota las consideradas de declaración obligatoria,
aquéllas que pueden tener consecuencias para la salud pública. España en estos
momentos reconoce 34 infecciones, un número insuficiente en un mundo
globalizado en el que virus, parásitos y bacterias «viajan» en avión. Para
reforzar la vigilancia, Sanidad ha elaborado una nueva lista que incorpora
veintiseis nuevas patologías. La decisión se tomó con las comunidades autónomas
en el último Consejo Interterritorial de Salud, celebrado en julio.
Bioterrorismo
El nuevo listado pasa de 34
a 60 e incluye enfermedades tan conocidas como la hepatitis C, el herpes
zóster, la toxoplamasmosis o la viruela. Esta última, erradicada desde 1978, no
estaba en la lista porque no se consideraba un riesgo. España la incluye ahora
para adaptarse al reglamento sanitario internacional que aún sigue considerando
la viruela una amenaza. La viruela ha matado a más personas que el resto de
enfermedades infecciosas juntas y la vacunación detuvo su diseminación hace ya
tres décadas. Ahora se guardan restos del virus en laboratorios de alta
seguridad para poder volver a fabricar vacunas. Se teme que pueda haber un
contagio accidental o que caiga en manos de bioterroristas.
Como la viruela, otro de los
patógenos preferidos por los bioterroristas, el «Bacillus anthracis» del ántrax
o carbunco también incluida en la lista renovada de infecciones que requieren
especial vigilancia.
Asimismo se incorporan
enfermedades más exóticas, difíciles de contraer en nuestro territorio, pero
frecuentes en viajeros y en población inmigrante como el dengue, la fiebre del
Nilo Occidental o la provocada por el virus Chikungunya, habituales en países
tropicales. Y otras frecuentes en animales como la tularemia o la leishmaniosis
que afectan a la salud humana.
También se refuerza la
vigilancia de infecciones de transmisión sexual al incluir las venéreas
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