Puesto que los antibióticos son imprescindibles para garantizar la salud de los animales, es necesario que su uso se lleve a cabo de acuerdo con las normas estrictas que han sido enunciadas por distintas organizaciones, y que podemos resumir en las siguientes líneas:
Los antibióticos tienen una utilidad limitada por el tipo de microorganismo, de forma que:
- Sólo se deben prescribir en infecciones producidas por bacterias y cuando dichas bacterias sean sensibles al antibiótico. Esto implica que el proceso debe ser correctamente diagnosticado y que la sensibilidad de la bacteria debe estar comprobada.
- Se debe emplear el antibiótico de espectro más restringido y más antiguo de entre los posibles.
- Respetando la dosificación y las pautas específicas de administración del medicamento.
- Respetando el tiempo de espera establecido para cada medicamento. Hay que tener en cuenta que si se varían las condiciones de administración (por ej. dosis, posología), el veterinario debe establecer un nuevo tiempo de espera, porque ya puede no ser válido el del prospecto.
- No se pueden emplear como sustitutivos de las buenas prácticas de manejo e higiene de los animales y desinfección de las explotaciones.
- Se debe promover la instauración de las técnicas de prevención de enfermedad basadas en el empleo de vacunas.
- Los antibióticos pueden generar problemas de salud pública, que se minimizarán si:
- Se respetan los tiempos de espera.
- Se siguen procedimientos de gestión de residuos ganaderos.
- Se restringe su uso a los procesos en los que no esté garantizada su eficacia
Los antibióticos se metabolizan por distintos mecanismos y persisten en diferentes tejidos hasta su correcta eliminación, situación que genera dos nuevos problemas que es necesario conocer y solucionar. El primero es la persistencia de residuos en los alimentos de origen animal (leche, carne, vísceras, huevo, miel), que pueden desencadenar procesos alérgicos en las personas que consuman dichos alimentos y contribuir a la selección de bacterias resistentes en el intestino humano, y el segundo, la bioacumulación en los residuos ganaderos (estiércol, purín, gallinaza), con los problemas de contaminación ambiental de suelos y aguas que potencialmente pueden derivarse. Para combatir el primer problema se han establecido los tiempos de espera, destinados a garantizar niveles técnicamente seguros de residuos de antibióticos en alimentos, mientras que para minimizar los problemas medioambientales es necesario conocer las peculiaridades de adsorción y de degradación de cada antibiótico.
ASPECTOS LEGALES
• Los antibióticos siempre deben usarse bajo receta veterinaria. El veterinario es el único especialista autorizado para recetar medicamentos para ser administrados a los animales.
• Se respetará la dosificación, la vía de administración y la duración del tratamiento prescrito por el veterinario. El veterinario es quien, de acuerdo con la especie, peso y enfermedad, determinará la forma de aplicar el medicamento. La administración de dosis mayores o menores de las prescritas, así como una duración o vía de aplicación del medicamento distinta de la prescrita, no sólo puede ser inútil y antieconómico, sino que además puede ser un peligro para la salud pública y la sanidad animal.
• Se respetará el tiempo de espera establecido por el veterinario en la receta.
Los tiempos de espera vienen indicados en el prospecto de los medicamentos, pero determinadas circunstancias como asociaciones con otros medicamentos, dosis o vías de aplicación distintas a las del prospecto etc., harán que sea necesario que el tiempo de espera lo determine el veterinario. Si estos tiempos no se respetan, además de aumentar el riesgo de resistencias bacterianas en las personas, se pueden desencadenar en ellas procesos alérgicos de consecuencias muy graves. Los residuos no sólo tienen importancia desde el punto de vista de salud pública, sino que también tienen interés por su impacto en el medio ambiente.
• Todos los tratamientos se anotarán en el registro correspondiente.
FARMACOVIGILANCIA VETERINARIA
La farmacovigilancia veterinaria evalúa la seguridad de los medicamentos veterinarios, incluidas las vacunas, empleados en la profilaxis, el diagnóstico o el tratamiento de las enfermedades animales una vez que el medicamento se comercializa tras la correspondiente autorización.
La misión de la farmacovigilancia veterinaria es
asegurar:
• El uso seguro de los medicamentos veterinarios en los animales;
• La seguridad de los alimentos de origen animal;
• La seguridad de las personas que estén en contacto con los medicamentos veterinarios;
• La seguridad en el medio ambiente.
QUÉ COMUNICAR
Es importante comunicar todas las reacciones adversas, aunque sólo haya una sospecha de implicación del medicamento y, especialmente, los siguientes tipos:
• Reacción adversa con muerte del animal;
• Reacción adversa que causa signos significativos, prolongados o permanentes;
• Reacción adversa inesperada, es decir; que no figura en el prospecto o en el etiquetado;
• Reacción adversa en personas;
• Reacción adversa aparecida en un uso fuera de autorización (p. ej. en otra especie animal);
• Falta de la eficacia esperada (que pudiera indicar la aparición de resistencias);
• Problema relacionado con los tiempos de espera (posibilidad de residuos en alimentos);
• Posibles problemas medioambientales;
• Reacción adversa conocida (indicada en el prospecto), que es grave o que parezca que incrementa su frecuencia o gravedad.
Si la reacción adversa es grave, especialmente si hay muerte del animal, el caso debe comunicarse inmediatamente. Es importante indicar todos los datos posibles. Si se disponen, se adjuntarán datos laboratoriales, informes post-mortem, fotografías, otros datos relevantes y se considerará un diagnóstico diferencial.
En España, la normativa obliga a todos los profesionales sanitarios a comunicar todas las sospechas de reacciones adversas debidas a medicamentos veterinarios.
COMUNICACION DE REACCIONES ADVERSAS
La comunicación debe hacerse preferentemente en el formulario europeo de uso exclusivo por veterinarios y otros profesionales sanitarios. Es importante cumplimentarlo con toda la información posible. Los datos laboratoriales, informes post-mortem, fotografías y otra información relevante deben adjuntarse al formulario.
El formulario está disponible en la AEMPS, y también puede descargarse de su página web: www.agemed.es.
El formulario cumplimentado debe enviarse a la AEMPS o al laboratorio propietario del medicamento, por correo o por fax. Además, puede enviarse a la AEMPS de manera electrónica desde la base de datos de farmacovigilancia veterinaria VIGÍA-VET.
En base a la información disponible, la AEMPS realizará una evaluación de la relación causal entre la administración del medicamento y la aparición de la reacción adversa notificada. Si para un medicamento aparece un determinado patrón de reacción adversa, y dependiendo de las condiciones en las que las reacciones han aparecido y de su gravedad, se instaurarán acciones administrativas correctoras para mejorar la seguridad.
ejemplos:
- Inclusión de advertencias en el prospecto;
- Cambios en las condiciones de uso autorizadas
- Suspensión de la autorización de comercialización del medicamento, hasta que los problemas de seguridad se hayan resuelto.
Un buen sistema de farmacovigilancia ayuda a la detección de nuevas reacciones adversas y a comprender mejor las reacciones adversas ya conocidas en los animales. La comunicación de las reacciones adversas ayuda a controlar de manera continuada los beneficios y los riesgos de los medicamentos veterinarios una vez que se comercializan, contribuyendo a su uso seguro.
Participando en el sistema de farmacovigilancia veterinaria contribuirá a un mejor conocimiento de los medicamentos veterinarios, con beneficios para los animales, las personas y otros profesionales de la sanidad veterinaria.
Participando en el sistema de farmacovigilancia veterinaria contribuirá a un mejor conocimiento de los medicamentos veterinarios, con beneficios para los animales, las personas y otros profesionales de la sanidad veterinaria.
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Hola Alvaro,
ResponderEliminarUn post muy instructivo e interesante! De suma importancia la presencia de restos de antibióticos en los alimentos y en el medio ambiente. Un saludo y nos leemos.