MECANISMOS
Durante la gestación los fetos se desarrollan a partir de los nutrientes que toman de la madre a través de la placenta. Sin embargo, llega un momento en que las altas necesidades que tienen no se satisfacen por completo. En este momento los fetos empiezan a sufrir estrés. El mecanismo estresante más importante es la falta de oxígeno. Es entonces cuando se liberan al torrente sanguíneo las hormonas características de toda situación de emergencia, fundamentalmente cortisol. Este hecho provoca que se produzca en la madre un cambio hormonal de manera que deja de producirse la progesterona u hormona mantenedora de la gestación. Además, en la parte fetal se produce una sustancia, la prostaglandina F2a, que induce la producción de otra, la relaxina, que da lugar a la relajación de la pelvis y del tracto reproductor, y provoca contracciones uterinas y presión abdominal, tanto directamente como a través de la descarga de oxitocina por la glándula pituitaria. Esta última hormona tiene otro papel fundamental que veremos más adelante y que es el de ser la encargada de la liberación de la leche en la mama. Así pues, como hemos visto, son los cachorros los que desencadenan su propio nacimiento.
FIN DEL PARTO
Esta pregunta tiene una respuesta fiable que, paradójicamente puede conocerse antes de empezar el parto. Nos explicamos. Si deseamos saber si ya han nacido todos los cachorros es necesario conocer de antemano el número de fetos que estaba gestando la madre. Si sabemos que, por ejemplo, tenía cuatro fetos y han nacido sólo tres de ellos, debemos esperar porque el parto aún no ha terminado.
Esta pregunta tiene una respuesta fiable que, paradójicamente puede conocerse antes de empezar el parto. Nos explicamos. Si deseamos saber si ya han nacido todos los cachorros es necesario conocer de antemano el número de fetos que estaba gestando la madre. Si sabemos que, por ejemplo, tenía cuatro fetos y han nacido sólo tres de ellos, debemos esperar porque el parto aún no ha terminado.
Esta pregunta debe formulársela a su veterinario, el cual dispone de varias técnicas para intentar averiguarlo. El método preferido de diagnóstico de gestación en la perra es la palpación abdominal a las 3-4 semanas postcubrición. Sin embargo el veterinario debe poseer una gran experiencia y además es muy difícil cuantificar el número de fetos, sobre todo en perras de razas prolíficas (más de 5 cachorros) y en las hembras obesas. Un método eficaz en hebras poco prolíficas es la realización de ecografías, una a las 3 semanas y otra a los 30-35 días. Pero la prueba definitiva es la realización de una radiografía que nunca debe realizarse antes de los 45 días y que preferiblemente se hará unos 2-3 días antes de la fecha prevista para el parto (aproximadamente a los 60 días postcubrición). Esta prueba tiene varias utilidades: muestra el número de fetos, su tamaño real y relativo respecto a la pelvis de la madre y su colocación (aunque ésta variará en el momento del parto). La información que se obtiene es pues valiosísima.
MANEJO DE CACHORROS.
La vida y el desarrollo del feto en el útero están asegurados por la circulación de la sangre oxigenada de origen placentario ya que la circulación pulmonar es extremadamente reducida porque este órgano está completamente colapsado. Al nacimiento, la circulación toma rápidamente en el recién nacido los caracteres que conservará en el adulto. Sin embargo, el recién nacido nace normalmente apneico, es decir con la función respiratoria anulada, y ésta se vuelve en él una necesidad absoluta desde que los lazos vasculares que le unían a la madre se han roto. La primera inspiración está gobernada por el centro respiratorio cerebral que es estimulado por las modificaciones sanguíneas consecutivas a la fisiológica falta de oxígeno que acompaña, al nacimiento, la interrupción de la circulación umbilical. Realmente, es el acúmulo de CO2 en la sangre lo que induce la respiración en el recién nacido de la misma forma que en el adulto.
Cuando el feto nace en estado de muerte aparente es necesario desobstruir rápidamente las vías aéreas (retirando los restos de la bolsa fetal) y practicar la respiración artificial hasta que los movimientos respiratorios naturales se hayan establecido y normalizado. Se puede ayudar a ello masajeando la región torácica, ejerciendo tracciones rítmicas de la lengua, excitando mecánicamente la mucosa nasal. Una buena maniobra es la suspensión del recién nacido por las extremidades posteriores durante algunos segundos, ya que así la sangre venosa afluye al cerebro y el CO2 excita el centro respiratorio.
Cuando nacen los cachorros normalmente la madre corta el cordón umbilical, pero a veces esto no ocurre y deberemos ser nosotros quienes lo hagamos. Podemos hacerlo de dos formas. La primera es por tracción opuesta de las dos manos, una vez que el animal ya respire, mediante los dedos índice y pulgar de cada mano a unos 5 centímetros del cuerpo del cachorro y después de ligar con un hilo grueso el cordón umbilical cerca del ombligo y de exprimirlo para vaciarlo de sangre. La otra forma consiste en hacer dos ligaduras con un hilo en el cordón umbilical y cortarlo entre ambas con una tijera. Esta segunda forma es la menos aconsejable.
El recién nacido será colocado cerca de la madre, que lo lamerá quitándole las mucosidades de que está cubierto. Se le pueden quitar igualmente con fricciones secas.
Algunas hembras particularmente quisquillosas, susceptibles o malas rechazan a los cachorros y algunas llegan incluso a devorarlos (canibalismo). Esta agresividad puede ser de origen psíquico o estar ligada a ciertos factores de naturaleza secundaria como insuficiente eyección láctea y dolor en la succión.
Todos los cachorros deben mamar en las primeras 6 horas de vida con objeto de tomar el calostro o secreción de la mama en los primeros días tras el parto, lo que le aportará las defensas necesarias para sus primeras semanas de vida. En su defecto podemos utilizar calostros artificiales que se pueden adquirir en el mercado especializado.
Las tres necesidades básicas de los cachorros en sus primeros días de vida son calor, nutrición y cuidado materno. En el caso de cachorros huérfanos o repudiados por la madre deberemos proporcionárselos artificialmente.
Cuando nacen los cachorros normalmente la madre corta el cordón umbilical, pero a veces esto no ocurre y deberemos ser nosotros quienes lo hagamos. Podemos hacerlo de dos formas. La primera es por tracción opuesta de las dos manos, una vez que el animal ya respire, mediante los dedos índice y pulgar de cada mano a unos 5 centímetros del cuerpo del cachorro y después de ligar con un hilo grueso el cordón umbilical cerca del ombligo y de exprimirlo para vaciarlo de sangre. La otra forma consiste en hacer dos ligaduras con un hilo en el cordón umbilical y cortarlo entre ambas con una tijera. Esta segunda forma es la menos aconsejable.
El recién nacido será colocado cerca de la madre, que lo lamerá quitándole las mucosidades de que está cubierto. Se le pueden quitar igualmente con fricciones secas.
Algunas hembras particularmente quisquillosas, susceptibles o malas rechazan a los cachorros y algunas llegan incluso a devorarlos (canibalismo). Esta agresividad puede ser de origen psíquico o estar ligada a ciertos factores de naturaleza secundaria como insuficiente eyección láctea y dolor en la succión.
Todos los cachorros deben mamar en las primeras 6 horas de vida con objeto de tomar el calostro o secreción de la mama en los primeros días tras el parto, lo que le aportará las defensas necesarias para sus primeras semanas de vida. En su defecto podemos utilizar calostros artificiales que se pueden adquirir en el mercado especializado.
Las tres necesidades básicas de los cachorros en sus primeros días de vida son calor, nutrición y cuidado materno. En el caso de cachorros huérfanos o repudiados por la madre deberemos proporcionárselos artificialmente.
PROBLEMAS EN EL PARTO
1.- Inercia uterina o parto prolongado. Consiste en la ausencia de contracciones uterinas destinadas a la expulsión de los fetos. Es probablemente la causa principal de distocia en la perra (ver punto 2). La causa no en bien conocida y se diferencian dos tipos de inercia uterina: la primaria o ausencia total de contracciones uterinas sin paso de la fase uno a la fase dos del parto y la secundaria o agotamiento de la musculatura uterina tras prolongados e infructuosos intentos para la expulsión de los fetos. En ambos casos, sobre todo en el primero, el problema se resuelve mediante la operación cesárea, por lo que la visita al veterinario es improrrogable.
2.- Distocia o parto difícil o anormal. La distocia puede deberse a factores maternales, tales como pelvis estrecha congénita, fracturas pelvianas mal tratadas, torsión uterina o inercia uterina, que puede ir asociada a la obesidad, o factores fetales como gran tamaño, exceso de tamaño relativo y mala presentación. .
En la gata la distocia es rara pero deberá ponerse remedio si se observan contracciones infructuosas durante más de una hora o si se observa durante el parto gran cantidad de flujo vaginal teñido de sangre. En la perra la distocia se presenta con mayor frecuencia y es siempre una urgencia que debe ser resuelta por el veterinario, ya que el intento de extracción de un feto atascado por una persona no experimentada puede causar más daño del que ya existía, tanto al feto como a la madre.
3.- Retención placentaria. Aunque la retención de porciones placentarias es un problema muy común en las perras jóvenes, la retención de toda la placenta es rara en perras de cualquier edad. Los individuos que retienen todas las placentas enfermarán con casi total seguridad y se producirá como secuela una metritis o inflamación uterina cuyos síntomas son fiebre, inapetencia, dolor abdominal, descarga vulvar anormal, descuido de la camada, etc.
4.- Muerte fetal. Si la muerte de los fetos se produce en la segunda mitad de la gestación no se produce reabsorción y puede observarse colporrea o descarga vaginal o expulsión de elementos fetales que será tanto más evidente cuanto más tardía sea la muerte fetal. La consecuencia de la mortalidad fetal será el aborto o el nacimiento de fetos muertos o momificados.
5.- Aborto. Consiste en la interrupción de la gestación con la expulsión de un feto no viable o de un feto muerto. Se diferencia de un parto prematuro en que en éste la expulsión antes de término es de un feto viable. La causa del aborto puede ser o no infecciosa. Los abortos de naturaleza infecciosa son raros en la perra y en la gata y son de tipo inespecífico. Los no infecciosos pueden deberse a intoxicaciones, transtornos nutricionales y determinadas deficiencias vitamínicas o minerales, transtornos endocrinos o traumatismos. Las perras y las gatas pueden abortar una parte de la camada y llevar el resto a término.
2.- Distocia o parto difícil o anormal. La distocia puede deberse a factores maternales, tales como pelvis estrecha congénita, fracturas pelvianas mal tratadas, torsión uterina o inercia uterina, que puede ir asociada a la obesidad, o factores fetales como gran tamaño, exceso de tamaño relativo y mala presentación. .
En la gata la distocia es rara pero deberá ponerse remedio si se observan contracciones infructuosas durante más de una hora o si se observa durante el parto gran cantidad de flujo vaginal teñido de sangre. En la perra la distocia se presenta con mayor frecuencia y es siempre una urgencia que debe ser resuelta por el veterinario, ya que el intento de extracción de un feto atascado por una persona no experimentada puede causar más daño del que ya existía, tanto al feto como a la madre.
3.- Retención placentaria. Aunque la retención de porciones placentarias es un problema muy común en las perras jóvenes, la retención de toda la placenta es rara en perras de cualquier edad. Los individuos que retienen todas las placentas enfermarán con casi total seguridad y se producirá como secuela una metritis o inflamación uterina cuyos síntomas son fiebre, inapetencia, dolor abdominal, descarga vulvar anormal, descuido de la camada, etc.
4.- Muerte fetal. Si la muerte de los fetos se produce en la segunda mitad de la gestación no se produce reabsorción y puede observarse colporrea o descarga vaginal o expulsión de elementos fetales que será tanto más evidente cuanto más tardía sea la muerte fetal. La consecuencia de la mortalidad fetal será el aborto o el nacimiento de fetos muertos o momificados.
5.- Aborto. Consiste en la interrupción de la gestación con la expulsión de un feto no viable o de un feto muerto. Se diferencia de un parto prematuro en que en éste la expulsión antes de término es de un feto viable. La causa del aborto puede ser o no infecciosa. Los abortos de naturaleza infecciosa son raros en la perra y en la gata y son de tipo inespecífico. Los no infecciosos pueden deberse a intoxicaciones, transtornos nutricionales y determinadas deficiencias vitamínicas o minerales, transtornos endocrinos o traumatismos. Las perras y las gatas pueden abortar una parte de la camada y llevar el resto a término.
6.- Momificación. Consiste en una transformación aséptica (sin intervención de gérmenes) del feto. Puede limitarse a uno o dos fetos y no tener ninguna interferencia sobre la gestación que continúa hasta su término normal. El feto nace como deshidratado y con el desarrollo incompleto.
7.- Hemorragia. La importancia de la hemorragia interna, que puede ser uterina o intraabdominal, es de pronóstico variable según la naturaleza de los vasos rotos. La hemorragia debida a la rotura de la arteria uterina o de la arteria ilíaca interna es prácticamente siempre mortal, dada la rapidez de la evolución y las dificultades de la intervención. Otra causa probable de hemorragia es la deficiencia de factores de coagulación. Se sospechará la presencia de hemorragia cuando aparezca secreción sanguinolenta por vulva o exista decaimiento generalizado de la madre acompañado de palidez de las mucosas (puede observarse fácilmente en la conjuntiva y en la mucosa bucal).
8.- Ausencia de secreción láctea. Una vez que los cachorros salen del seno materno deben alimentarse de la leche que su madre les ofrece. Y es importante que lo hagan en las primeras 6 horas de vida, como ya se ha dicho. Si no existe secreción de leche las vidas de los cachorros peligran. A veces es suficiente una inyección de oxitocina para provocar que se inicie la tan necesaria producción de leche. Si no se consiguiese o desgraciadamente, la madre hubiese muerto durante el parto, sería necesario alimentar a los cachorros con una leche maternizada especialmente formulada para sus necesidades. No debemos caer en la tentación o imprudencia de darles leche de vaca, rebajada o no con agua, o una leche maternizada para niños porque la composición es distinta y va a causar transtornos digestivos a los cachorros que les pueden llevar incluso a la muerte.
9.- Paraplejia postparto. Bajo este nombre se agrupa un conjunto de transtornos que producen incapacidad para levantarse o mantenerse en pie a la madre recién parida. Puede deberse a traumatismos óseos y musculares (fracturas, luxaciones y contusiones musculares), transtornos nerviosos y lesiones vasculares.
10.- Eclampsia o hipocalcemia puerperal. Consiste en un descenso del nivel sanguíneo de calcio. Se produce por el esfuerzo de lactación que está haciendo la madre, lo que implica que sus reservas de calcio disminuyen para que los cachorros puedan formar su esqueleto. Se presenta en el periodo postparto, frecuentemente de 1 a 3 semanas después de haberse producido éste. Generalmente afecta a perras de razas pequeñas que amamantan a camadas numerosas. Ocasionalmente puede afectar a otras razas de mayor tamaño o a gatas y aparecer con independencia del número de cachorros y en cualquier momento de la lactación. Excepcionalmente puede aparecer en las últimas fases de la gestación de la perra. Se caracteriza por falta de apetito y ligero dolor que produce un porte forzado. La perra muestra inquietud y un ritmo respiratorio acelerado. Puede caer de bruces y quedar tendida. Se producen convulsiones cada vez más violentas y la temperatura se eleva a más de 39"41C. La perra conserva el conocimiento. Es una urgencia que debe tratar el veterinario sin dilación. Sin embargo es un proceso raro si se ha tomado la precaución de suplementar el aporte de calcio de la hembra durante la gestación y la lactación.
7.- Hemorragia. La importancia de la hemorragia interna, que puede ser uterina o intraabdominal, es de pronóstico variable según la naturaleza de los vasos rotos. La hemorragia debida a la rotura de la arteria uterina o de la arteria ilíaca interna es prácticamente siempre mortal, dada la rapidez de la evolución y las dificultades de la intervención. Otra causa probable de hemorragia es la deficiencia de factores de coagulación. Se sospechará la presencia de hemorragia cuando aparezca secreción sanguinolenta por vulva o exista decaimiento generalizado de la madre acompañado de palidez de las mucosas (puede observarse fácilmente en la conjuntiva y en la mucosa bucal).
8.- Ausencia de secreción láctea. Una vez que los cachorros salen del seno materno deben alimentarse de la leche que su madre les ofrece. Y es importante que lo hagan en las primeras 6 horas de vida, como ya se ha dicho. Si no existe secreción de leche las vidas de los cachorros peligran. A veces es suficiente una inyección de oxitocina para provocar que se inicie la tan necesaria producción de leche. Si no se consiguiese o desgraciadamente, la madre hubiese muerto durante el parto, sería necesario alimentar a los cachorros con una leche maternizada especialmente formulada para sus necesidades. No debemos caer en la tentación o imprudencia de darles leche de vaca, rebajada o no con agua, o una leche maternizada para niños porque la composición es distinta y va a causar transtornos digestivos a los cachorros que les pueden llevar incluso a la muerte.
9.- Paraplejia postparto. Bajo este nombre se agrupa un conjunto de transtornos que producen incapacidad para levantarse o mantenerse en pie a la madre recién parida. Puede deberse a traumatismos óseos y musculares (fracturas, luxaciones y contusiones musculares), transtornos nerviosos y lesiones vasculares.
10.- Eclampsia o hipocalcemia puerperal. Consiste en un descenso del nivel sanguíneo de calcio. Se produce por el esfuerzo de lactación que está haciendo la madre, lo que implica que sus reservas de calcio disminuyen para que los cachorros puedan formar su esqueleto. Se presenta en el periodo postparto, frecuentemente de 1 a 3 semanas después de haberse producido éste. Generalmente afecta a perras de razas pequeñas que amamantan a camadas numerosas. Ocasionalmente puede afectar a otras razas de mayor tamaño o a gatas y aparecer con independencia del número de cachorros y en cualquier momento de la lactación. Excepcionalmente puede aparecer en las últimas fases de la gestación de la perra. Se caracteriza por falta de apetito y ligero dolor que produce un porte forzado. La perra muestra inquietud y un ritmo respiratorio acelerado. Puede caer de bruces y quedar tendida. Se producen convulsiones cada vez más violentas y la temperatura se eleva a más de 39"41C. La perra conserva el conocimiento. Es una urgencia que debe tratar el veterinario sin dilación. Sin embargo es un proceso raro si se ha tomado la precaución de suplementar el aporte de calcio de la hembra durante la gestación y la lactación.
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