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E.COLI: VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA



Objetivos de la Vigilancia Epidemiológica.
Los Objetivos generales son:
  • Detección de posibles expuestos.
  • Celeridad en la respuesta
  • Calidad en la intervención
  • Adopción de las medidas de control y prevención adecuadas.
  • Evitar que la alerta degenere en crisis de Salud Pública.
  • Detectar precozmente la aparición de brotes alimentarios.
  • Determinar cuáles son las medidas más adecuadas para evitar su propagación y organizar y coordinar la aplicación de las mismas.
  • Elaborar, ejecutar y avaluar programnas de salud, como son los programas de prevención y control de riesgos en establecimientos alimentarios, Implantando distintos tipos de Autocontrol depediendo de los riesgos.
  • Sugerir hipótesis para la investigación epidemiológica.

Tipo de datos necesarios. Tipo de datos disponibles.

El conociniento del número de casos no es suficiente para poder intervenir ya que debería conocerse el origen y de que modo se ha producido la propagación de la enfermedad. Por ello es necesario caracterizar los casos identificados hasta el momento según las variables, tiempo, lugar y persona , mediante la encuesta epidemiológica.
En el caso de la E.Coli, Los resultados laboratoriales son determinanes, ya que los laboratorios oficiales pueden aislar la bacteria tanto en los coprocultivos cono en los alimentos contaminados.
Además de estos datos laboratoriales se dispondra de otros recogidos por la sección de epidemiológia referentes a todas las personas expuestas tanto sanos como enfermos, así como de las muestras recogidas de afectados(heces vómitos). La sección de Sanidad e Higiene Alimentaria, despues de la inspección de locales e instalaciones, realizará toma de muestras de los alimentos y entrevistará a los manipuladores de alimentos.
Con los datos disponibles no se modificarian los objetivos , luego no es necesario establecer ningún mecanismo especial de datos básicos.




Fuentes de datos primarios. Modificaciones.
La alerta por E.Coli la declara el Servicio de Medicina Preventiva de los Hospitales. Se declara cuando existe sospecha clínica, sin esperar resultados laboratoriales. Ya que en este caso suelen ser un grupo los afectados.
La alerta deberá comunicarse a:
  • Servicios de Salud y Secciones de Epidemiológia e Higiene Alimentaria de la Delegación Provincial
  • Dirección General de Salud Pública. Servicios Veterinarios Autonómicos y Servicio de Higiene Alimentaria.
  • Distrito y Centro de Salud respectivo.
En el supuesto de que el producto fuera comercializado se pondrá en marcha el Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI).
Las fuentes de recolección de datos se se formulan mediante los formularios de declaración: registro de alertas , cuestionarios para la encuesta epidemiológica, resumen de historias clínicas y encuesta alimentaria y cuestionario para la inspección de comedores colectivos. La encuesta y la ficha epidemiológica son de gran utilidad en el descubrimiento de los distintos eslabones de la cadena epidemiológica . Especialmente los relacionados con el alimento causal, la manipulación y la identificación de los diferentes comensales implicados en la enterotoxemia.
Cuando se tiene una hipotesis el coordinador diseña un modelo de investigación, al término de la cual se realiza el análisis detallado de toda la información recopilada por los distintos agentes sanitarios actuantes en el brote epidémico. Comprobando la veracidad de la hipótesis inicial y adoptando de forma inmediata las medidas necesarias. Una vez que que la investigación concluye y a tenor de los resultados de la misma, el coordinador redacta un informe atendiendo a los siguientes apartados: caracteristicas del lugar, metodología, resultados, discusión, medidas de control y resumen.
El informe final sera remitido a los Organismos superiores competentes en dicha materia como la Dirección del Distrito Sanitario, desde este a la a la Delegación Provincial y de aqui a la Dirección General da Salud Pública. Este sistema debe tener un proceso de retorno de información, facilitando toda la información a las actores de origen. Uno de los problemas del sistema es el retraso de la información y de los resultados, así como la falta de retorno de los mismos, dificultando una fluida comunicación interdepartamental..
Como norma general ante un brote alimentario deberemos actuar con agilidad en la detección, la notificación y un eficaz sistema de retroalimentación.

Unidades espacio-temporales.
La unidad espacial es el Distrito sanitario donde el epidemioóogo recaba toda la información procedentes de los Centros de salud y hospitales de la zona y la remite a la Delegación Provincial de Salud, y ésta a su vez a la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Salud. 
Independientemente de que la alerta sanitaria de lugar o no a la aparición de casos, pero siempre que exista un riesgo inmediato para la Salud Pública, y en aplicación del principio de cautela, la información recabada se trasladara inmediatamente a través del sistema de intercambio rápido de información (SCIRI) a la Dirección General de Salud Pública, y de aquí a las distintas Delegaciones Provinciales, y Distritos Sanitarios desde donde se coordina a los Agentes de Control Sanitario Oficial (ACSO) para llevar a cabo las actuaciones destinadas a garantizar la seguridad e inocuidad de los productos puestos en el mercado. Así se procederá de inmediato a realizar inspecciones en busca del producto, inmovilización y retirada de dicho producto. De aquí la importancia que tiene que todas las industrias alimentarias dispongan de un Plan de trazabilidad eficaz, dentro de su Sistema de Autocontrol, que les permita rastrear un determinado producto o materia prima sospechosa a lo largo de la cadena alimentaria tanto hacia adelante como hacia atrás. De este ,se facilita y sobre todo se agiliza (factor determinante en las alertas alimentarias) la búsqueda de productos alimenticios sospechosos o confirmados de ser nocivos para la salud. De igual modo se potencia la transparencia informativa y la protección de los consumidores frente a los posibles riesgos asociados al consumo de alimentos.
La unidad temporal de comunicación se iniciaria con el mes (la incidencia de la salmonelosis no es muy alta aunque las variaciones tienen caracter estacional .Por tanto, durante los meses de verano resulta satisfactorio reducir este periodo a quincenal.



Resultado de las pruebas diagnosticas. Diagrama de circulación.
Dadas las variadas manifestaciones clínicas de las salmonelosis, la confirmación del diagnóstico de estas infecciones, requiere de métodos microbiológicos que permitan el aislamiento o identificación del agente causal o de pruebas serológicas que facilitan reconocer anticuerpos específicos presentes en el suero de los pacientes.
  • Hemocultivo: es el procedimiento de elección, cuando se realiza apropiadamente y en medios selectivos a base de bilis. Coincidiendo con la fisiopatología de la infección, son positivos especialmente durante la primera semana de la infección; se calcula que al final de la tercera semana de positividad solamente alcanza un 50%.
  • Mielocultivo: el cultivo del aspirado de médula ósea se considera como el mejor método para el aislamiento de salmonella en los pacientes con fiebre tifoidea y paratifoidea. Aunque el procedimiento produce una molestia transitoria, en general es bien tolerado y los cultivos son más rápidamente positivos. Se recomienda sea practicado por personal con experiencia. Pueden ser positivos aún cuando los hemocultivos sean negativos.
  • Coprocultivo: puede ser positivo desde el comienzo de la infección, aunque su máxima positividad en la infección aguda, se observa durante la tercera semana. Es particularmente útil para el control postratamiento de los pacientes y para detectar los portadores crónicos.
  • Cultivo de bilis duodenal: obtenido por aspiración o utilizando la técnica que lleva un dispositivo en cápsulas de gelatina. No es superior al hemocultivo y con certeza no supera a la asociación del hemocultivo con el coprocultivo.
  • Urocultivo: su valor diagnóstico es muy limitado pues la bacteriuria no es continua. Su máxima positividad está en la tercera semana. La Salmonella también puede ser aislada de otros productos como las manchas rosadas o reoseolas tíficas, de la secreción bronquial, del líquido articular, etc.
Diagnostico serológico.
Reacción de seroaglutinación (Widal): es de poco valor como prueba diagnóstica. En la infección no tratada sólo cerca del 50% de los pacientes pueden tener un aumento significativo de las aglutininas contra el antígeno "O", en algún momento de la enfermedad. Las aglutininas contra el antígeno "H" no tienen valor diagnóstico aunque puedan observarse títulos elevados de ellas.
En muchos casos de fiebre tifoidea no hay elevación de los títulos de aglutininas durante el curso de la infección y en ocasiones se pueden observar elevaciones no específicas, debido a reacciones cruzadas.
Diagnóstico inmunoenzimático: la detección de anticuerpos IgM e IgG contra el lipopolisacarido por técnica ELISA aún no está disponible para uso rutinario.
Con fines de investigación se han utilizado otras pruebas dentro de las cuales están la reacción de polimerasa en cadena (PCR), las pruebas de fagotipificación, las de susceptibilidad antimicrobiana y la investigación del perfil plasmídico de algunas cepas. En los estudios epidemiológicos se usan las pruebas de fagotipificación, de susceptibilidad contra los antimicrobianos y el perfil plasmídico, las cuales han demostrado ser útiles y complementarias para el estudio de cepas aisladas de alimentos, o de aguas contaminadas, y en brotes de salmonelosis en los cuales se requiere establecer una fuente común de infección.
La prueba de confirmación del diagnostico de Salmonella sería una combinación de varias pruebas en serie. El diseño de un diagrama de circulación se basaría en estas pruebas diagnosticas, empleando como muestras heces y alimentos. En primer lugar se realiza el diagnostico clínico y posteriormente la confirmación microbiológica, serológica y biomolecular.

Valores predictivos.
La validez de una prueba diagnóstica se define por Los conceptos de sensibilidad y especificidad
La seguridad de una prueba diagnóstica se define por Los conceptos de Valor predictivo positivo y negativo.
  • Sensibilidad: la probabilidad de que para un sujeto enfermo se obtenga en la prueba un resultado positivo. La sensibilidad es, por lo tanto, la capacidad del test para detectar la enfermedad.
  • Especificidad: la probabilidad de que para un sujeto sano se obtenga un resultado negativo. La capacidad para detectar a los sanos.
  • Valor predictivo positivo: Es la probabilidad de padecer la enfermedad si se obtiene un resultado positivo en el test.
  • Valor predictivo negativo: Es la probabilidad de que un sujeto con un resultado negativo en la prueba esté realmente sano. 
La influencia de la prevalencia. Los valores de sensibilidad y especificidad definen la validez de una prueba diagnóstica independientemente de cuál sea la prevalencia de la enfermedad en la población a la cual se aplica. Por el contrario, los valores predictivos, dependen en gran medida de lo frecuente que sea la enfermedad a diagnosticar en la población objeto de estudio. Cuando la prevalencia de la enfermedad es baja, un resultado negativo permitirá descartar la enfermedad con mayor seguridad, siendo así el valor predictivo negativo mayor. Por el contrario, un resultado positivo no permitirá confirmar el diagnóstico, resultando en un bajo valor predictivo positivo.
Aunque los cultivos de heces son comúnmente solicitados, su utilidad ha sido cuestionada. En 1997 The Foodborne Diseases Active Surveillance Network (foodnet) realizó el seguimiento de 264 laboratorios clínicos de la red que procesaron 223.212 muestras de materia fecal en el año 1996. Los cultivos fueron positivos en 0,9% para Salmonella, 0,6% para Shiguela, 1,4% para Campylobacter y 0,3 para E. coli O157:H7. De 30.463 muestras remitidas a laboratorios en 10 hospitales en los Estados Unidos, de los especímenes que documentaron E. coli O157:H7, 63% tenían sangre macroscópica y 91% eran de pacientes con historia de diarrea sanguinolenta. Si se analizan los costos por resultado positivo, pese a ser éste importante, la información resulta sesgada por ser imprecisa, dada la relativa insensibilidad de las pruebas para la mayoría de los gérmenes posibles y la pobre selección de las muestras para ser cultivadas.
Es necesario contar con técnicas adecuadas para el aislamiento del gérmen, parásito o toxina de los alimentos y el agua; sin embargo, no siempre es posible aislar el microorganismo o la toxina causante de la enfermedad en todos los brotes investigados. Esto es debido al envío extemporáneo de las muestras, o a la mala conservación o falta de información adecuada al recibirse las mismas. La calidad de las muestras es uno de los factores más importantes en la investigación de un brote, pues de ella dependerá en gran parte el éxito o fracaso del estudio, por lo que se requiere una adecuada y oportuna coordinación entre el epidemiólogo y el laboratorio a fin de que -a través de una correcta caracterización del cuadro clínico, periodo de incubación, alimento sospechoso y circunstancias en que se origina la infección-, se busquen los patógenos responsables. 


Notificaciones. Confirmación de la alarma con la ayuda del canal de endemia.
El canal de endemia es el instrumento epidemiológico que distribuye casos en el tiempo, graficando la incidencia actual sobre la incidencia histórica, con el propósito de detectar precozmente cifras anormalmente altas (o bajas) de casos (o tasas) de la enfermedad en estudio. Se deberá tener presente que efectivamente se trate de una entidad endémica y que tenga un período de incubación breve o evolución aguda.
No tiene sentido realizar canales endémicos para patologías de muy baja frecuencia en las que la sola presencia de uno o pocos casos debe alertar a los sistemas de vigilancia. Sin embargo, en poblaciones pequeñas, se podría mantener agrupadas las entidades con una similar forma de transmisión vigilando así ya no el comportamiento de un germen o una entidad, sino el de una vía de transmisión. A mayor nivel de desagregación de la información menor será la precisión de la predicción.
Longitud de la serie : Usualmente los canales se construyen con series de casos de 5 a 7 años.
Intervalos de tiempo: Es siempre deseable realizar canales por semanas epidemiológicas. Pero ante bajas incidencias se deberá utilizar períodos mayores (2 o 4 semanas), lo que tenderá a estabilizar las fluctuaciones debidas al azar. La desventaja de usar períodos de 2 a 4 semanas es que disminuyen la posibilidad de detección precoz de los brotes.
El método de la media geométrica de las tasas y sus intervalos de confianza es desde el punto de estadístico uno de los más sólidos.El uso de tasas en lugar de casos, ajusta las distorsiones que generan los cambios en los tamaños de las poblaciones a través de los años.
La media geométrica: Teniendo en cuenta que las 5 a 7 tasas con las que hay que calcular un valor central, difícilmente tengan una distribución normal, el uso de la media no estará indicado. En cambio la media geométrica si es una medida de tendencia central apropiada para distribuciones de valores asimétricas o no normales y está especialmente indicada para distribuciones con valores aislados altos o muy altos.
Esto último hace que cifras muy altas por epidemias pasadas se diluyan y no distorsionen la incidencia histórica.
Fundamento metodológico: Para el cálculo de la media geométrica se procede a realizar una transformación logarítmica de los valores.

Factores determinantes.
Los mecanismos de contaminación se presentaron por prácticas inadecuadas de elaboración del producto, aunque en algunos casos no se descarta la contaminación de origen la cual se observa cada vez con mayor frecuencia en productos cárnicos, lácteos y huevos, y se relaciona con prácticas intensivas de producción.
El origen de las toxiinfecciones alimentarias se producen en un 77% en establecimientos de preparación y servicios de comida, en un 20% se producen en los hogares y en un 3% en las industrias alimentarias, es decir mas del 90% de las TIAs se producen por una manipulación higiénica de los alimento.
Los factores epidemiológicos que contribuyen a la aparición de brotes de toxiinfección:
Uno de los mecanismos de gestión de alertas alimentarias es el intercambio rápido de información, de forma que la reacción se produzca cuanto antes y se puedan minimizar los impactos del riesgo. La estructura de la información que se transmite, la prioridad y la categorización del riesgo, el tratamiento diferenciado de las informaciones, la decisión sobre a quién se debe informar, la confidencialidad de lo que se transmite, la valoración de lo que se transmite, la reducción de la arbitrariedad o el uso que se le da al principio de precaución son cuestiones que nos sirven de hilo conductor para un análisis de los diferentes sistemas y proporcionan una perspectiva de comparación que puede ayudar a la mejora del intercambio de información sobre riesgos alimentarios en un contexto de «mercado global» de alimentos como el actual.
  • El objetivo general del sistema de vigilancia epidemiológica de los brotes de
    origen alimentario debe incluir:
  • Identificación continúa de los casos a través de un buen sistema deinformación.
  • Respuesta oportuna a cada una de las situaciones de brote quepuedan aparecer.
  • Análisis epidemiológico para la identificación de las características de los brotes y sus posibles modificaciones.
  • Difusión de la información y retroalimentación a las fuentes de información.
  • Aportación de conocimientos para la toma de decisiones en materia de salud pública a través de programas de intervencion
Para ello, los objetivos específicos de la vigilancia deben ser:
  • Detección oportuna de los posibles brotes.
  • Estimular la notificación de posibles casos.
  • Análisis continúo de las notificaciones.
  • Estudio de todos los brotes confirmados.
  • Análisis epidemiológico de los brotes estudiados.
  • Conocer los alimentos implicados en los brotes.
  • Determinar la población expuesta.
  • Identificar los factores contribuyentes a la aparición de los brotes.
  • Recomendar medidas de prevención y control inmediatos y a largo plazo.
  • Difundir la información obtenida.
  • Evaluar las intervenciones realizadas.
  • Investigar nuevos problemas o predecir los cambios en la aparición de brotes.
Factores de Riesgo
  • Adicción accidental de productos tóxicos a los alimentos.
  • Preparación de los alimentos con gran antelación.
  • Conservación de los alimentos a temperatura ambiente.
  • Refrigeración insuficiente.
  • Uso de conservas contaminadas o contaminadas después de su apertura.
  • Existencia de manipuladores portadores.
  • Utilización de restos de alimentos.
  • Contaminación cruzada con alimentos contaminados y el manipulador los transmite a alimentos cocinados.
  • Consumo de alimentos contaminados crudos o de cocción insuficiente.
  • Escaso recalentamiento del alimento.
  • Limpieza y desinfección insuficiente de los utensilios de cocina.


Correlación. Unidades territoriales de vigilancia
Población: Hace referencia a toda persona que habita en territorio de un pais.
Nivel local: Comprende a los profesionales de la salud que estén en contacto directo con la población atendida.
Genera el dato. Las tareas son recogidas, depuración, clasificación y remisión de los datos al nivel superior. Realiza el primer nivel de análisis, consistente en una valoración sintética en tiempo, espacio y persona.
Intervenciones sobre el individuo: medidas preventivas para el control del caso y sus contactos; seguimiento de la población en riesgo; control del ambiente familiar; actividades preparatorias para el estudio de brotes.
Nivel Regional: Comprende a los integrantes de la Dirección Provincial de Epidemiología. Este nivel remite la información consolidado en planillas y fichas especificas de acuerdo a la enfermedad de notificación obligatoria. Su intervención es del tipo individual y poblacional.
En España existen dos sistemas de alerta alimentaria: el de alimentos de consumo humano, que gestiona el Ministerio de Sanidad y Consumo a través de la Agencia de Seguridad Alimentaria, y el de alimentos de consumo animal, que gestiona el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Nos centraremos en el de alimentos de consumo humano, denominado Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI). Se trata de una herramienta de gestión de alertas, basada en el establecimiento de una red de puntos de contacto entre el Ministerio de Sanidad y Consumo y las autoridades competentes en seguridad alimentaria de las 17 comunidades autónomas (CCAA), así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. También forman parte estable del sistema el Ministerio de Defensa y la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas de España (FIAB). En función de los casos, se pueden incluir como puntos de contacto el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Centro Nacional de Epidemiología, este último siempre que se haya producido morbilidad y/o mortalidad. A su vez, este sistema de ámbito nacional se encuentra enlazado con el RASFF europeo, a través del punto de contacto del Ministerio de Sanidad y Consumo.
El inicio de una transmisión a través del SCIRI puede estar en la Comisión Europea, a través del RASFF, en una autoridad competente de una comunidad autónoma o ciudad autónoma, o en el Ministerio de Sanidad y Consumo, generalmente por informaciones que llegan directamente a la unidad competente.
Se han definido tres niveles de gestión: a) las alertas, cuyo objetivo es impedir el acceso del consumidor a cualquier producto alimentario que pueda entrañar un riesgo para su salud y, por tanto, requiere un grado de intervención de las autoridades competentes en las CCAA y ciudades autónomas, siempre en caso de riesgo grave para la salud, inmediato o no; b) la notificación de información sobre riesgos no graves o que, siendo graves, tienen poca probabilidad de darse en el contexto nacional, y c) la comunicación de los diferentes rechazos de productos procedentes de terceros países en los puntos de inspección fronteriza (PIF) a todos los puntos de la red, con una doble finalidad, impermeabilizar las fronteras de la UE a cualquier producto considerado no seguro y proporcionar herramientas de gestión a las autoridades competentes (actuaciones en el caso de detección en el mercado de productos semejantes introducidos con anterioridad en él o futuras programaciones del control oficial). Por otra parte, sirve para la evaluación que los operadores económicos deben hacer en sus transacciones económicas con terceros países.
En términos generales, tanto las notificaciones de información como los rechazos de productos se transmiten a todos los puntos de contacto de la red SCIRI. Sin embargo, en el caso de las alertas hay mecanismos diferenciados sobre a qué puntos de contacto se transmite la información, según las garantías sobre la potencial presencia del producto en cuestión en el mercado.
Según el Informe del RASFF de la Comisión Europea de 2002, el número de intercambios de información, entre los que se contabilizan tanto las alertas como la información y sus informes complementarios, ha experimentado un notable crecimiento en los últimos 3 años, pasando de 698 en 1999 a 3.024 en 2002, con especial énfasis en 2001 cuando el número de informaciones fue de 1.567.
En casi todos los países de nuestro entorno hay sistemas de intercambio de información de alertas alimentarias; sin embargo, ninguno de ellos está concebido como un auténtico sistema de información de cara a la planificación de programas de seguridad alimentaria. Esto se agrava si se tiene en cuenta que no hay mecanismos que relacionen estos sistemas de alertas alimentarias con los de vigilancia epidemiológica.
Es necesario avanzar hacia un sistema normalizado de gestión de alertas que permita su evaluación y utilización como herramienta de planificación para las autoridades responsables de seguridad alimentaria.Para la mayor efectividad de los sistemas, éstos deben integrar la totalidad de la cadena alimentaria
Recientes crisis alimentarias (la EEB y la crisis de la dioxina) han puesto de manifiesto que la identificación del origen de los alimentos y los piensos reviste una importancia decisiva para la protección de los consumidores. La trazabilidad, en concreto, contribuye a facilitar la retirada de los alimentos y permite que los consumidores reciban información específica y exacta sobre los productos en cuestión. La trazabilidad en sí misma no hace a los alimentos seguros. Se trata de una herramienta de gestión del riesgo que sirve de ayuda a la hora de atajar un problema de seguridad alimentaria.

Hay que definir bien el juego y sus reglas, y tiene que haber un mecanismo de coordinación y supervisión del uso de la red de comunicación de alertas que asegure que no se producen perversiones de la misma para que mantenga intacta toda su eficacia. De lo contrario, perdería su credibilidad y, sobre todo, la utilidad para la que se concibió, y podría convertirse en un instrumento peligrosísimo de guerras comerciales.

Medidas de control y prevención.
En la E.Coli estas medidas estarían dirigidas hacia las siguientes actuaciones:
  • Contaminación endógena.
  • Disminuir las infecciones en el ganado.
  • Mejorar las condiciones higiénico-sanitarias en los lugares de crianza, sacrificio y venta de ganado.
  • Control microbiológico de los piensos.
  • Mejora en los sistemas de conservación, transporte y preparación de alimentos.
  • Vigilancia y educación sanitaria de las personas que se dedican a la manipulación, tanto en el comercio como en la elaboración de los alimentos. Desarrollo e implantación de sistemas de autocontrol, basado en el análisis de peligros y puntos de control críticos. 
    IIIb. Árbol de situaciones.
    Perfiles profesionales médico-sanitarios.
    Entre los profesionales que desarrollarian el sistema de vigilancia epidemioñógica estan:
    • Técnicos de Salud Pública: Veterinarios y Farmaceuticos, que reslizan las inspecciones sanitarias de los establecimientos autorizados y el control oficial de los alimentos durante toda la cadena alimentaria.
    • Médicos de atención primaria y especialistas que detectan los casos en los consumidores.
    • Microbiólogos que confirmarian los casos de salmonelosis.
    • Epidemiologos y estadistas que se encargan de evaluar los datos y proponer las distintas medidas control a distintos niveles.
    • Administrativos y personal de gestión de datos.
    • Expertos en comunicación y docentes.
    Listado de preguntas incluidas en una primera ronda Delphi
    Preguntas de una primera ronda Delphi
    • ¿Qué personal debería integrar el equipo para la investigación de un brote de
      intoxicación alimentaria?
    • ¿Qué recursos materiales son necesarios para desarrollar el sistema de
      vigilancia de brotes de intoxicación alimentaria?
    • ¿Qué precauciones o medidas preventivas deberíamos tomar para controlar un
      brote de intoxicación alimentaria?
    • ¿Cómo se debe realizar una cuestionario epidemiológico?
    • ¿Qué preguntas debe contener el cuestionario epidemiológico?
    • ¿Cuáles son los sistemas de toma de datos y transmisión más eficaces, rápidos y
      seguros?
    • ¿Cuáles son los síntomas más habitualmente relacionados con una intoxicación
      alimentaria?
    • ¿Qué enfermedades pueden confundirse con una intoxicación alimentaria?
    • ¿Qué pruebas diagnósticas se deben solicitar en función de la sintomatología?
    • ¿Cómo se deben recoger y transportar las muestras clínicas?
    • ¿Cuándo se deben solicitar muestras clínicas a las personas afectadas?
    • ¿Qué agentes biológicos se considera prioritario someter a vigilancia por su gravedad, prevalencia o incidencia en nuestra área?
    • ¿Qué precauciones o medidas deberían tomar las personas implicadas en la manipulación de alimentos?
    • ¿Qué medidas deben poner en acción las personas que intervienen en el sector de la hostelería y restauración para prevenir las intoxicaciones alimentarias?
    • ¿Qué medidas de prevención deben implementar las industrias de producción de alimentos para evitar la contaminación de los alimentos en la cadena de
      fabricación?
    • ¿Reciben formación continuada los manipuladores de alimentos sobre buenas
      prácticas de manipulación?
    • ¿Cómo se debe comunicar la información a la población?
    • ¿Qué medios de comunicación serían los adecuados para comunicar una situación de brote a la población?
    • ¿Qué información se debe transmitir a la población en caso de brote?
    • ¿Qué profesionales sanitarios deben recibir información sobre los brotes estudiados?
    • ¿Qué profesionales deben recibir alertas sanitarias por posibles brotes?1
    • ¿Cuáles son los agentes microbiológicos más implicados en brotes en los países vecinos?
    • ¿Deberíamos recibir información de posibles alertas sanitarias por brotes en los países vecinos?
    • ¿Qué información se debe proporcionar a los afectados, a los establecimientos implicados en un brote y a la colectividad en general?
    Salidas y entradas para la toma de decisiones
    Los datos de entrada al sistema son:
    CASOS (enfermos) según la definición de caso expuesta, tanto individuales como agrupados (cluster).
    BROTES (tanto por sospecha como confirmados).
    Cuando las entradas son casos, la información mínima para poder detectar posibles clusters que se debe recoger por cada caso es:
    • Edad.
    • Sexo.
    • Día de aparición de los síntomas.
    • Lugar de residencia/ trabajo/ estudio.
    Cuando las entradas son brotes (confirmados o por sospecha), la información mínima inicial es:
    • Día y hora de inicio de los primeros síntomas.
    • Identificación de las personas enfermas.
    • Signos y síntomas predominantes.
    • Alimentos que pueden estar relacionados con la enfermedad.
    • Lugares donde los enfermos hayan comido durante las 72 horas antes
      del inicio de los síntomas.
    • Tipo de agente aislado (si se dispone).

      Las salidas son la presentación básica de los datos (tiempo, espacio, persona) y el análisis epidemiológico básico. Se deben incluir series temporales, elaboración de mapas de incidencia y estimaciones de casos esperados. Incluye las tareas de procesamiento de los datos y de elaboración de los informes periódicos. El resultado es el estudio de casos y la identificación de brotes, instrucciones para el control del brote, y recomendaciones a la población
    Sistema automatizado de vigilancia epidemiológica SAVE
    El desarrollo e implantación de los sistemas de vigilancia epidemiológica exigen como condiciones necesarias la formación y disponibilidad de recursos humanos calificados para el desarrollo de las actividades de vigilancia, la creación de un sistema de notificación estable de los eventos de salud, que garantice la calidad de los datos, y el poder contar con herramientas que ayuden a ejecutar las tareas eficazmente, formular las recomendaciones y tomar las decisiones adecuadas.
    Un sistema de vigilancia epidemiológica debe ser capaz de: 1) detectar oportunamente patrones no usuales de los eventos de salud, 2) cuantificar el impacto de la ocurrencia de esos eventos y 3) evaluar los mecanismos que se usan en el propio sistema de vigilancia. Para el alcance de estos objetivos se propone la aplicación combinada de: 1) usar métodos estadísticos y herramientas que permitan analizar los eventos que se observan de manera sistemática y rutinaria por los especialistas a cargo de la vigilancia, 2) desarrollar investigaciones epidemiológicas, que posibiliten conocer las causas que generan los problemas de salud, salud-enfermedad en los territorios y grupos de población y 3) mantener una estrecha vinculación con las fuentes de información o la comunidad que se vigila.



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