En esta época del año no es infrecuente ver las filas de orugas procesionarias migrando de los pinos para enterrarse. Esto presenta un peligro para animales excesivamente curiosos como los perros, que al tomar contacto con las orugas, se envenenan. En gatos es mucho más difícil (aunque no imposible) que esto ocurra, debido a lo selectivos y cautos que son por naturaleza, a diferencia de los perros. Hablo de envenenamiento o intoxicación, porque aunque generalmente se dicen picaduras, las orugas no pican, de hecho, el simple contacto con una zona por donde han pasado o se ha caído un nido y haya pelillos de las orugas, puede provocar esta afección. Esto es debido a que los pelos de las fases larvarias de la procesionaria del pino ( Thaumatopoea pityocampa ) contienen un veneno, la thaumatopina, el cual les confiere capacidad urticante para su propia supervivencia. La mariposa de la Thaumatope pone sus huevos sobre las agujas del pino. De estos huevos salen las larvas que em...